Escribo este blog con el corazón lleno de emociones encontradas. Por un lado, la tristeza de saber que la brillante carrera de Rafael Nadal está llegando a su fin. Por otro, la inmensa gratitud por todo lo que ha aportado al tenis y por haber sido el rival perfecto para Roger, mi ídolo de toda la vida.
Aún recuerdo con emoción aquella final de Wimbledon en 2008. Fue desgarrador ver perder a Roger, pero no pude evitar admirar la tenacidad y el espíritu de lucha de Rafa. Ese día entendí que esos dos estaban destinados a formar una de las mayores rivalidades de la historia del deporte.
A lo largo de los años, sus enfrentamientos con Roger nos regalaron momentos inolvidables. Cada partido era una obra maestra, una demostración del más alto nivel de tenis. Los 14 títulos en Roland Garros de Rafa son simplemente asombrosos, al igual que su dominio en la arcilla.
Pero más allá de los logros deportivos, lo que más admiro es la relación que ha forjado con Roger fuera de la cancha. Esa amistad y respeto mutuo que han cultivado es un ejemplo para todos. Verlos jugar dobles juntos en la Laver Cup fue un sueño hecho realidad para los fanáticos, habría sido genial que hubieran ganado.
-Rafa, tu legado va mucho más allá de los títulos y récords. Has sido un modelo a seguir por tu ética de trabajo, tu humildad y tu espíritu deportivo. Tu Fundación es un testimonio de tu deseo de retribuir y ayudar a los demás.-
Aunque sea difícil imaginarse el tenis sin Rafa y Roger, es algo que tenía que pasar tarde o temprano, ya había dejado de ver mucho tenis, creo que ahora será casi en su totalidad, porque me di cuenta que no veía los partidos por ser ellos grandes deportistas sino por ser grandes seres humanos que juntos crearon una mágina que considero inigualabre en la comptetición del deporte blaco. Gracias por elevar el nivel del juego, por inspirarnos con su resiliencia y gracias Rafa por ser un digno rival y amigo para Roger.
Le deseo lo mejor en esta nueva etapa de su vida. El mundo del tenis siempre te recordará como una leyenda y un campeón dentro y fuera de la cancha.
Con admiración y gratitud,
Un eterno fan de Roger (y secretamente tuyo también)


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