Cuento: Carpe Diem

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Había una vez un joven llamado Lucas, que siempre soñaba con grandes aventuras y experiencias que lo llevaran a descubrir el mundo. Sin embargo, había un pequeño problema: Lucas tenía la costumbre de guardar lo mejor para después, convencido de que siempre habría un momento más adecuado para estrenar su nuevo cuaderno de dibujo, su bicicleta y hasta la chaqueta que tanto le gustaba.

Un día, mientras paseaba por el parque, escuchó risas y vítores. Siguiendo el sonido, llegó a un grupo de niños que estaban organizando una carrera en bicicleta. Con su viejo modelo, decidió unirse, pero al ver cómo los demás lucían felices en sus bicicletas nuevas, sintió una punzada de tristeza. «Debería haber estrenado la mía», pensó.

A pesar de la duda, se unió a la carrera y, al principio, se sintió un poco fuera de lugar. Sin embargo, a medida que pedaleaba, la emoción lo invadió. La adrenalina, la risa de sus nuevos amigos, el viento en su rostro; todo eso lo hizo olvidar sus preocupaciones. Fue una experiencia tan liberadora que, al final de la carrera, se dio cuenta de que no necesitaba esperar un momento perfecto para disfrutar. La felicidad se encontraba en el aquí y el ahora.

Esa noche, mientras se preparaba para dormir, Lucas reflexionó sobre el día. Se dio cuenta de que había estado postergando no solo sus cosas, sino también sus sueños. Decidió que al día siguiente, estrenaría su cuaderno de dibujo y comenzaría a crear. Al despertar, sintió una nueva energía y emoción. No solo dibujó, sino que también se atrevió a mostrar sus obras a sus amigos, quienes lo animaron a seguir creando.

Con el tiempo, Lucas aprendió que cada día es una nueva oportunidad y que la vida es demasiado corta para esperar. Desde ese momento, decidió siempre estrenar algo, ya fuera un sueño, un proyecto o incluso un pequeño gesto de amabilidad.

La moraleja de su historia es clara: no esperes a que sea el momento perfecto. Cada día es especial y merece ser celebrado. La vida está llena de oportunidades; lo único que necesitas es dar el primer paso y disfrutar del viaje.

Inspirado en las historias de AGSL (gracias)

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